top of page

BARAJA FRANCESA

HISTORIA

La baraja francesa consta de 52 cartas distribuidas en cuatro palos o colores: tréboles, diamantes, corazones y picas. Cada uno de estos palos está compuesto por 13 cartas: uno o as, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez y las tres figuras, que se llaman valet (V, equivalente al Bube alemán, al Jack inglés, e incluso puede asimilarse a la sota española), Dame (D, equivalente a la Dame alemana y a la Queen inglesa) y Roi (R, equivalente al König alemán, al King inglés, y también al rey de la baraja española).

​

​

​

​

​

​

​

 

 

 

 

 


Hay que resaltar el hecho de que la carta con un símbolo, que en las barajas inglesa y alemana se representa con la letra A, en la francesa lleva un número, el 1, como el resto de cartas numerales, aunque en la mayoría de juegos mantiene su rango de carta superior, como los ases. También existen, aunque es poco corriente y se debe básicamente a influencias externas, algunas barajas francesas cuyos ases llevan una A y no un 1.

No se conoce con seguridad el origen de los símbolos de la baraja francesa, que algunos consideran una adaptación de los signos alemanes (frontera este de Francia) y otros atribuyen a la influencia de los palos de las barajas española, italiana y de tarot (frontera sur). Así, para los primeros las bellotas y las hojas se habrían convertido en tréboles y picas, respectivamente, mientras que los corazones se habrían mantenido y los cascabeles quedarían sustituidos por los diamantes, única aportación «original» de Francia a los símbolos de los palos. Pero, para un segundo grupo de intérpretes, la forma de los cálices o copas de las barajas española e italiana habría llevado a los corazones, los tréboles serían una derivación de las hojas de los bastos, las picas -puntas de las lanzas- habrían sustituido como signo militar a las espadas, y los diamantes -un símbolo de la riqueza-, habrían sustituido a los oros. Sin embargo, el nombre francés de este último palo, carreau, no tiene que ver con la riqueza y sí con la forma del dibujo.

Fuera cual fuera su origen, las barajas con los símbolos franceses ya se usaban en los primeros decenios del siglo XV. Algunos incluso atribuyen su invención al caballero Etienne de Vignoles, más conocido como La Hire, que murió en 1442.

Frente a las otras barajas usuales de la época (italiana, española y alemana) la baraja francesa es original en la adopción de la figura femenina (la Dame) como figura intermedia, ya que tanto en la baraja alemana (Oberman) como en las italiana y española (caballo/caballero) esta figura -como las otras dos- es masculina. No se sabe el porqué de esta preferencia, que se atribuye tanto a la influencia de las reinas francesas como a la de Juana de Arco, la heroína francesa de la Guerra de los Cien Años frente a los ingleses. Es posible también que la Dame proceda de las cuatro figuras de la baraja de tarot.


El nombre de las figuras


Una curiosa singularidad de las figuras de la baraja francesa es que tienen nombres propios, aunque no siempre han sido los mismos, ya que han ido variando según el gusto de la sociedad y los vaivenes de la historia.

​

​

​

​

​

​

​

 

 



Algunos de los nombres utilizados son:

  • reyes: David (rey de los judíos), Carlomagno (emperador del Sacro Imperio), César (en representación de la Roma antigua) y Alejandro (representante de la Grecia clásica);

  • damas: Argine (anagrama de Regina, por la reina María de Anjou, esposa de Carlos VII), Raquel (personaje bíblico), Palas (diosa griega de la sabiduría) y Judit (personaje bíblico);

  • valets: Lancelot y d'Ogier, caballeros de la mítica Mesa Redonda del rey Arturo; Héctor y La Hire, caballeros del rey Carlos VII.


Durante la Revolución, los reyes se convirtieron en ciudadanos y fueron representados por personajes clásicos (Solón, Platón, Catón, Bruto) o escritores franceses célebres (Moliere, Voltaire, La Fontaine, Rousseau); las damas fueron personificaciones de virtudes (Justicia, Prudencia, Unión, Fuerza), y otros personajes como Aníbal, Decio, Horacio y Scavola suplieron a los valets tradicionales. También durante la época revolucionaria las figuras fueron sustituidas por cartas simbólicas (ley, libertad, providencia e igualdad), por las cuatro estaciones del año o los cuatro elementos de los griegos (agua, fuego, aire y tierra).

Con la restauración monárquica posnapoleónica volvieron a utilizarse reyes (Carlomagno, San Luis, Francisco I y Enrique l), damas (Hildegarda, Blanca de Castilla, Margarita de Valois y Juana de Albret) y valets (Roland, Bayard, Joinville y Crillon).

La literatura y la política aportaron en el siglo XIX su propia iconografía, es posible encontrar barajas cuyas figuras se inspiraron en novelas célebres como "Los tres mosqueteros", e incluso una baraja en la que los reyes son Victor Hugo, Mac Mahon, Thiers y Jules Ferry.

BARAJA ESPAÑOLA

HISTORIA

​

La baraja española tiene su origen hace muchos siglos atrás, el cual se une con todos los otros tipos de naipes: la baraja inglesa, francesa y especialmente el tarot. Los primeros registros de pedazos de papiro, cartón o algún otro material con dibujos y símbolos se recoge en la china del año 600 de nuestra era, en plena dinastía Tang. Se dice que la aristocracia china solía jugar diversos juegos con cartas de tamaño grande y con curiosos ideogramas

Pronto, este sistema de juego se expandió al medio oriente, cambiando de diseños y de significados hasta llegar a Europa en la Edad Media, de manos de los cruzados y los viajeros quienes quedaron fascinados con ellas. Son los habitantes del sultanato de los Mamelucos de Egipto, quienes más influenciaron en el diseño que aún preserva la baraja española: espadas, copas y monedas o pentagramas y que pronto se trasladaría hacia el viejo continente.

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

Creadas como objetos para el entretenimiento, pronto, comenzó a asociarse con lo oculto. Sus imágenes representaban el orden político social de la época: la sota (o el paje), la reina y el rey. Perseguidos por la Inquisición y la mayoría de gobiernos, las cartas subsistieron bajo lugares secretos en donde se practicaba la adivinación y cada uno de sus símbolos representaba aparentemente la vida y la sociedad de la época, pero en el fondo eran mensajes ocultos de lo que era considerado como pecado o brujería.

Y cada uno de los 4 palos: las copas, bastos, oros y espadas simbolizarían los ejes por el que se movía la vida de los seres humanos de la época: el comercio, la religión, las armas y el cultivo de la tierra. Pronto, los iniciados en el mundo de lo inexplicable encontraron en cada uno de estos naipes la puerta de entrada a los misterios que más han fascinado a los h0mbres, entre ellos, la adivinación.

Se dice por ejemplo, que los cuatro palos de la baraja española representan los cuatro elementos de la naturaleza: el agua, aire, tierra y fuego. También que los arquetipos y paradojas del universo por la que nos regimos todos están representados en ellas y sus combinaciones. Lo cierto es que, cuando llegó a Latinoamérica en el siglo XIX se posicionó como herramienta para predecir el futuro.

​

La baraja española hoy en día
​
​
​
​
​
​
​
​
​

 

La baraja que conocemos hoy se compone de 48 cartas agrupadas en cuatro palos: oros, bastos (una especie de mazos) copas y espadas. La versión más conocida de ellas elimina los 8 y 9 de cada uno de ellos. Los últimos números (10, 11 y 12) son los equivalentes a la sota, reina y rey de la baraja que conocemos (la inglesa, de 52 cartas); pero son la sota, caballo y rey.

Estas tres últimas cartas tienen a sus personajes representados de cuerpo entero. Y la carta del As está también presente.

Hay diferentes métodos de tirar las cartas, y los significados pueden variar de acuerdo a las combinaciones que se presenten. Sin embargo, los cuatro símbolos se reconocen hoy en día como proyecciones de los siguientes valores:

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

  • Copas: amor, familia, temas del corazón y los sentimientos.

  • Espadas: salud, enfermedades, pensamientos.

  • Oros: representan lo económico, la herencia, lo material, los asuntos legales.

  • Bastos: viajes, el trabajo, riqueza, bienestar, inversiones, negocios.

Las sotas, caballos y reyes representan a personas, cada una de ellas con distintas capacidades y habilidades, las cuales, junto con las otras cartas pueden representar al consultante o a personas que la rodean.

​
Significado de la baraja española en la adivinación

​

La efectividad de leerse las cartas con esta baraja tiene tras de sí una tradición casi tan milenaria como la del tarot. De hecho, se considera que entre ambas existe un nexo realmente sólido, en el que las representaciones del pensamiento y la cosmovisión del ser humano están representadas.

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

Consideradas como puertas de entrada hacia lo inexplicable, las cartas se conectan con nuestro subconsciente y energía en donde se halla la clave de la vida en todas sus dimensiones temporales: presente, pasado y futuro. Recuerda que lo que te dicen las cartas no son predicciones unívocas ni rígidamente incambiables, sino que son pautas a seguir para llevar nuestro rumbo de vida por el camino correcto.

Si vas a leerte las cartas, asegúrate de hacerlo con alguien quien tenga trayectoria reconocida y respaldo. Hay muchos charlatanes que se arguyen poseer la sabiduría de la lectura de cartas y no son más que timadores.

© 2016 by PASION POR LA MAGIA 

bottom of page